El menú es excelente. Una versión interesante de la comida peruana y otros sabores familiares. Recomiendo los ostiones (vieiras gratinadas), los crostones de oreja y el tallarín con crujiente de pato. Dentro de los postres, sugeriría la tarta de tres leches con lúcuma (que no es tan común de encontrar por aquí). Merece la pena echar un ojo a la carta de cócteles. No suelo consumirlos, pero probé un par la última vez que fui y son una experiencia en sí. Además, son la perfecta transición si quieres continuar la noche y bajar a la zona de baile que abren en la planta sotano los fines de semana. Había muy buen ambiente el día que bajé.
El rango de precios es algo superior al de los bares de la zona, pero lo encuentro justificado. No hay otro sitio ofreciendo una ambientación y comida de este nivel. Contento con la experiencia
Como me pilla cerca de casa, no pude resistirme a cenar varias veces allí estas navidades. Muy contento de su apertura.